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domingo, 8 de febrero de 2015

Revista Susurros Nº 40





Falleció Helena Araujo, escritora colombo suiza

Ella cruzó el quicio que todos los seres vivientes pasamos para encontrar el silencio vacío de la eternidad en el día de ayer, en Lusana, Suiza. Hace parte de las primeras mujeres que enfrentaron con seriedad y tesón la tarea de hilvanar deseos, frustraciones y sueños zurcidos con palabras. Nos legó una obra significativa que ya tiene su propio espacio en la literatura colombiana; iniciando en 1 970 con La “M” de Las Moscas, Signos y Mensajes, en 1 976; Fiesta en Teusaquillo, en 1 981 ; La Scherezada Criolla, 1 989; Ardores y Furores, 2003; Las Cuitas de Carlota 2007; Esposa Fugada Y Otros Cuentos Viajeros, 2009. Su obra ha sido traducida al inglés, al francés y al alemán.

Nació el 20 de enero de 1 934, en Bogotá. Hija de Alfonso Araújo García y Emma Ortiz Márquez. Tuvo una infancia trasterrada por varios países, entre los que se encuentran Brasil y EE.UU., consecuencia de que su padre era diplomático. A la edad de 1 5 años terminó su secundaria en Washington en La Immaculata High School, luego inicia sus estudios universitarios en la universidad de Maryland, 1 949, para continuar en la Universidad Nacional de Colombia. Contrajo matrimonio con Pierre Albrecht de Martini, unión de la cual nacieron cuatro hijas: Priscilia, Giselle, Nicole y Joselyne, con quienes viajó a Suiza en 1 971 , instalándose en Lausana. Fue profesora universitaria en la Universidad Popular de Lusana donde enseñó literatura y cultura  latinoamericana, tema que le permitió participar en Europa en distintos seminarios y publicar en revistas especializadas. Fue una amiga de Vericuetos y colaboradora ocasional, publicada en francés. Ahora recuerdo La Blessure en el número 5.

En reconocimiento a su obra literaria recibió el premio Platero de las Naciones Unidas; la Alcadía de Lusana y la Embajada de Colombia en Berna, le hicieron un homenaje; la Comisión Presidencial de Colombia por la Igualdad de la mujer hizo lo mismo en el 2009.

En una ocasión que la visité en Suiza, hablando de muchas cosas, me planteaba que sentía cierta discriminación por parte de algunos colegas colombianos, por el hecho de ser una escritora. Poetas y escritoras, siempre que tiene contratiempos en los quehaceres literarios, caen en la manía de achacar todas su penurias a la discriminación de género. Como esto no tiene asidero, le planteé los enojos desde una visión irónica que tengo del problema, empezando porque los escritores colombianos no se leen entre sí, ni mucho menos aplauden la buena obra ajena, sino que se montan guardia pretoriana para vigilarse; además, porque viven en capillas para incensarse en misa mayor, entonces no tienen espacio para el otro. También porque a veces se respira cierto tufillo de resistencia al escritor ahasvero, por aquello de los celos que producen las innovaciones de las letras trasterradas. Manifestó su acuerdo agregando anécdotas bogotanas y de las otras. Luego nuestra conversación viró sobre la novela Carretera al Mar, y el libro de cuentos Dos Lucas Tres Gambas del escritor Tulio Bayer, comprometiéndome a enviarle los dos textos, asunto que nunca cumplí porque para ese entonces no existían en parte alguna. Concluía que serían los efectos de que el autor fue el primer exiliado político en París del actual conflicto colombiano.

Helena, sinceramente hablando, era una mujer de cualidades, que considero oportuno no hablar de ellas, sino presentarles a sus familiares mi más profundo sentimiento de condolencia, porque su conciencia ha dejado de existir.

Efer Arocha , París, febrero 3 de 201 5

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